.

.
BALTASAR: ¡Dios vos salve, señor!; ¿sodes vos estrellero? Decidme la verdad, de vos saberlo quiero. GASPAR: ¿Vedes tal maravilla? Nacida es una estrella. MELCHOR: Nacido es el Criador, que de las gentes es señor. Auto de los Reyes Magos

sábado, 5 de enero de 2019

Leyendo las Estrellas, los Tres Reyes Magos, llegaron a su Destino.

"Nacido, pues, Jesús de la casa de David en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: "¿Dónde está el rey de los Judíos que acaba de nacer?".
Y al entrar a la casa, vieron al niño con su madre, María, y postrándose, le adoraron: y abriendo sus tesoros le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra".



           Evangelio según san Mateo (2,1-2), (2, 11) Nuevo Testamento de La Biblia
               







Pero en ningún momento se dijo que fueran exactamente reyes, ni que fueran tres. El número se les adjudica por los regalos presentados ante Jesús de Nazaret recién nacido, y sus nombres, Melchor, Gaspar y Baltasar, aparecieron por primera vez en un mosaico de San Apollinaire Nuovo en Rávena (Italia) en el siglo VI. Pero se dijo que eran "magos".

Sería impensable pensar que unos "magos" fuesen adoradores de Jesús, fundador del Cristianismo, pues la tradición judeocristiana condena firmemente la práctica de la magia. Pero en tiempos de Jesús y siglos posteriores, el griego, el idioma de los cultos de la época, le daba el significado de "magos" a las palabras "magós" y "magoi" como "sabios, hombres de ciencia". De hecho en inglés se refieren a ellos como The Three Wise Men (los tres sabios) así como en otras interpretaciones de la Biblia en diversos idiomas y en la Iglesia Cristiana Ortodoxa.




                                                   Mosaico en San Apollinaire Nuovo





En algunas tradiciones dicen que era doce, como los doce apóstoles o como las doce tribus de Israel, pero con el tiempo les asocian a tres hombres muy ricos y sabios por el número de regalos que presentan a Jesús delante de sus padres y ya para terminar de pulir la imagen, les adjudican sus nombres y hasta un posible origen étnico:


-Melchor es el hombre cano y más mayor de los tres, en representación de los pueblos europeos. Su nombre tiene un origen hebreo-latino "melki-or" que significa "mi rey es oro"  "mi rey es luz" o "rey de la luz". Era el portador del oro, representando el origen real del niño recién nacido en Belén.

-Gaspar es el rubio, y como curiosidad a él le adjudican el origen oriental. Su nombre viene del persa "kanspar" que significa "administrador del tesoro". Fue el portador del incienso, la resina que se quemaba en el templo de Jerusalén exclusivamente para Dios, indicando la vinculación divina del Niño y su categoría mesiánica.

-Baltasar es el moreno o de piel negra, que representa la juventud del hombre y los pueblos africanos, el más joven en edad. Su nombre proviene de Babilonia "Bel-Sar-utsor" y significa "Dios protege al Rey".  Era el portador de la mirra, ingrediente con el que se embalsamaba a los muertos, anunciando el final terrenal de Niño cuando cumpliera la edad de 33 años, predestinado a tal fin desde antes de nacer. (De ahí que el evangelio de Mateo y como uno de los misterios del Rosario se diga "y María, su madre, meditaba estas cosas en silencio", pues fue en ese momento del nacimiento que ella ya sabía cuál iba a ser el destino de su hijo).








Y se decía que venían de tierras de Oriente, unos dice que de Persia, otros de Babilonia, otros de Mesopotamia. El Papa Benedicto XVI arrojó una interesante teoría cuando publicó su libro "La infancia de Jesús", en el que asegura que los tres grandes magos eran gobernadores sabios y muy ricos procedentes de Tartessos, en lo que hoy viene a ser la Andalucía occidental en la parte del triángulo de Huelva-Sevilla-Cádiz, exactamente, Doñana, relacionado por muchos expertos como aquella tierra a la que Platón llamó la Atlántida (una de las palabras etimológicas de Andalucía "atalante, andaluz", pues de las primeras leyendas sobre los Tres Reyes Magos era que procedían del "extremo occidental del mundo", que entonces era la Península Ibérica "allá donde están las columnas de Hércules", y el reino más rico de la zona era el de Tartessos, pues en algunos textos aparecía como presumible origen la tierra de Tarsis, capital del reino.

¿Quiénes eran estos magos?. De las tradiciones más aceptadas queda como la más firme aquella en la que se dice que procedían de Oriente y que podrían ser de la religión mazdeísta, cuyo profeta es Zoroastro, pues el evangelio de Mateo recoge que aparecen en la Judea de Herodes buscando al "rey de los judíos" y que allí fueron a parar a raíz de haber estudiado las profecías que anunciaban el nacimiento del Mesías, y para ponerse en camino se guiaron nada menos que por las estrellas. Es pues por estos datos que se les adjudica el título de "magos" esos sabios, pues para entender las profecías hay que estudiar y comprender los significados, y por supuesto, para guiarse por el mapa de las estrellas, se tiene que saber de Astronomía y de Astrología. Y fue leyendo las estrellas (en latín "lectio stellae") que pudieron dar con el portal de Belén y así llegar a su ansiado destino para adorar al Niño.













Lo que Sus Majestades vieron en el cielo fue la Gran Conjunción de Saturno-Júpiter-Venus-Luna  en Piscis entre febrero del siglo 7 A.C y febrero del 6 A.C, que hicieron conjunción triple en mayo, octubre y diciembre del 7 A.C, ésa es la famosa "estrella de Belén", siendo que la "estrella del Este" es Sirio. Dándole una posible fecha de nacimiento a Jesús de Nazaret entre el 1 y el 25 de marzo, mes primaveral, que tendría mucho sentido sobre el relato de la Biblia que cuenta que los pastores dormían al raso de noche cuando se les fue anunciado el nacimiento del Mesías. Es evidente que unos pastores no van a sacar a sus animales a pastorear en pleno diciembre y encima dormir fuera de casa en esas condiciones. Las reses y animales se sacan al pastoreo a partir de marzo, que ya empieza a hacer mejor tiempo en Israel como para que unos pastores puedan dormir sin cobijo y sin pasar frío. La fecha del 25 de diciembre como el nacimiento de Jesús de Nazaret fue obra del Concilio de Nicea, en el que se establece como fecha oficial de la Natividad del Señor para así adaptar el Cristianismo como nueva religión a las religiones paganas europeas y orientales cuyos dioses principales (Mitra, Thor, Osiris, Baal, Lug, Dionisio, Shiva) habían nacido alrededor del solsticio de invierno, cuando el Sol "muere" el día 22 de diciembre y "resucita" tres días después, el día 25.
También de esta forma en el mismo concilio adjudicaron la fecha del nacimiento de San Juan Bautista, primo de Jesús, como un 24 de junio, seis meses antes, adaptando así la tradición celta del Rey del Acebo y el Rey del Roble, que relata cómo uno nace el 24 de junio para que el otro muera, representando los solsticios de invierno y verano respectivamente. Dos "reyes" que mueren y resucitan cada año, en clara metáfora a los nacimientos de Juan Bautista y Jesús de Nazaret, siendo el primero considerado el Príncipe de los Santos que le preparó el camino como precursor al Mesías que estaba por venir. Son los dos hombres más importantes del cristianismo, de hecho es tal la importancia de san Juan Bautista, que es el único santo del que se celebra su nacimiento y el 29 de agosto su martirio, considerado como el primer mártir estando Jesús todavía vivo, siendo el primer mártir del cristianismo una vez muerto Jesús San Esteban, otro de los santos venerados en fechas navideñas.



¿Qué les llevó a los magos de Oriente a embarcarse en un viaje largo desde Oriente hasta Belén?. Las profecías desde hacía siglos venían anunciando el nacimiento del Mesías "que sería el Pez y estaría bajo la Virgen" (Piscis estando su opuesto Virgo en el norte del cielo en aquellos días).
 En el evangelio de Mateo se relata que los magos de Oriente tenían conocimiento de las Escrituras (2:5-6) y en aquellos tiempos sólo los muy sabios y bien avanzados podían saber interpretarlas dada la complejidad de su simbología. Los sabios judíos, persas, babilonios, mesopotámicos y orientales en general, para comprender la complejidad de las Escrituras debían tener un conocimiento: el de la Astrología. De ahí que a Sus Majestades se les haya adjudicado el "título" de astrólogos. Por eso el 6 de enero es el Día Mundial del Astrólogo, aquel que lee las estrellas, siendo que el equinoccio de primavera es el día de la Astrología como disciplina. Pero nosotros los astrólogos celebramos nuestro día el día 6 de enero, Epifanía del Señor, Día de Reyes, en honor a Melchor, Gaspar y Baltasar, que gracias a sus conocimientos astrológicos pudieron llegar al portal de Belén pues habían sabido leer las estrellas. Y de ahí recibieron su "epifanía", pues andaban buscando el camino a Belén y cuando vieron por fin aquella conjunción con Sirio al frente por fin, dieron con su gran objetivo, vieron la luz, hallaron finalmente el camino, la solución. Cuando una persona tiene un repentino hallazgo, una solución a esa duda que la asalta ha tenido una epifanía.












En la página principal de nuestro blog la imagen de portada es aquella que reflejaba el cielo de Belén el día del nacimiento de Jesús de Nazaret bajo la Gran Conjunción en Piscis del 7. A.C. Y abre una sentencia del Auto de los Reyes Magos, pues tal es la importancia que tienen  Melchor, Gaspar y Baltasar con la Astrología, que no se podía pasar por alto su enorme legado astrológico, más allá de su capacidad de repartir regalos e ilusión. Por ello, en su honor, el 6 de enero los astrólogos festejamos el día de nuestros patrones.


"BALTASAR: ¡Dios vos salve, señor!; ¿sodes vos estrellero? Decidme la verdad, de vos saberlo quiero. GASPAR: ¿Vedes tal maravilla? Nacida es una estrella. MELCHOR: Nacido es el Criador, que de las gentes es señor. Auto de los Reyes Magos"




La historia que se cuenta en el evangelio de Mateo es la de que los magos de Oriente llegaron a Judea a la corte de Herodes, preguntando por "el rey de los judíos" que estaba por nacer. Herodes, muy sorprendido de que hubiera un rey mucho más rey que él, y que todavía no había nacido, se enfureció. Fue pues que Herodes mandó a los sabios de su corte a consultar las escrituras, y estos le aseguraron al monarca que según la profecía de Miqueas, era cierto que un Mesías iba a nacer y que el tiempo estaba cerca. Volviéndose a los magos de Oriente les sugirió que continuaran su camino hasta encontrar al niño y una vez lo hallaran regresaran a su corte para indicarle el lugar exacto de dicho evento para que así él mismo pudiera ir a adorarle en persona. Les engañó. Cuando los tres magos partieron, dice la leyenda, Herodes ordenó asesinar a todos los niños varones menores de dos años para que así no hubiera rastro del presunto Mesías que estaría muy por encima de él. Este hecho es conocido como la Matanza de los Santos Inocentes, un hecho muy discutido, pues sólo uno de los evangelistas (Mateo) cuenta este relato, siendo que ni Lucas, ni Juan ni Marcos hacen eco alguno de tal horror ni tampoco los escritos del historiador judío-romano Flavio Josefo, un autor considerado de los más fiables de la época, que de haber tenido lugar semejante barbarie hubiera quedado reflejado en sus escritos, pues él vivió aquellos tiempos y relató con mucha documentación todo lo acaecido en la Judea de la época y años posteriores.


















¿Qué fue de los Reyes Magos?. Según Mateo "y tras esto (adoración del Niño en Belén), como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino". Y a partir de entonces se les perdió el rastro.


Se cuenta que tras la resurrección de Jesús, cuando los apóstoles fueron enviados a sus respectivos destinos a evangelizar, santo Tomás apóstol se los encontró en el reino de Saba y les bautizó, y cuentan que al menos uno de ellos estuvo presente en la Crucifixión de Jesús, como muestra la novela y película de Ben Hur. Tomás les relató que el Mesías había resucitado como vaticinaron las profecías. Una vez bautizados y habiendo sido figuras clave en el nacimiento de Jesucristo, propagaron la Buena Nueva y por su fe, fueron martirizados según algunas leyendas, pero según el autor Juan de Hildesheim "tuvieron una muerte dulce y feliz tras su apostolado". Algunos autores siguiendo esta teoría aseguraron que terminaron siendo obispos de la época. La Iglesia les terminaría canonizando como los Santos Reyes Magos y su día de fiesta sería el 6 de enero (el día que comienza la Navidad para los cristianos ortodoxos).
Siglos más tarde, Santa Elena, madre el emperador Constantino, a la que le fascinaba esta historia, marchó a Saba y allí halló tres tumbas con tres cuerpos coronados e inscripciones que indicaban la realeza de los difuntos que parecían tres personajes muy importantes, y se los llevó a Constatinopla, siendo que Federico I Barbarroja en sl siglo XII durante una de las cruzadas, siguiendo el mapa donde los depositó la madre del emperador, halló los restos mortales de los tres reyes y se los llevó a la Germania de la época y en la ciudad de Colonia dejó los sarcófagos con las coronas halladas y los restos mortales de los tres reyes dentro de las tumbas en la que es la actual catedral de la ciudad. Están a la vista del público, por si es de interés.





                                   Reliquias de los Reyes Magos en la Catedral de Colonia





Y a Belén llegaron leyendo las estrellas, pues gracias a que eran astrólogos supieron encontrar su camino. Menuda epifanía.


Hoy día la fiesta de los Reyes Magos ha quedado como una fiesta infantil enfocada a los niños, que reciben regalos en este día, aunque en los últimos tiempos cogió fuerza la figura pagana nórdica de Papá Noël que también tiene una figura histórica de referencia: San Nicolás, el obispo que ayudaba a los niños y cuya fiesta se celebra el 6 de diciembre. En España, de toda la vida, han sido Sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar los encargados de repartir regalos en la madrugada del 6 de enero entrando por las ventanas a lomos de sus camellos y a los que hay que dejar un refrigerio para que se despejen y repongan fuerzas. Hay adultos, que por tal motivo, por ser "una fiesta de niños" consideran que la Navidad termina una vez pasado el Año Nuevo, "¿para qué celebrar nada?", eso es para los niños. ¡Qué tristeza perder la fe en los Reyes Magos de Oriente!.Todos hemos sido niños, algunos no dejarán de serlo nunca, es más: no se debería dejar de ser un niño jamás. Que no se pierda la festividad de los Reyes Magos, se tengan niños o no. No dejéis de ser niños nunca. No perdáis la ilusión. Pocas figuras históricas y nada menos que relacionadas con la religión cristiana que aparecen en la Biblia han sido tan populares, puros mitos vivientes que esperemos prevalezcan sobre el tiempo. Salid a la ventana, mirad al cielo, allí están los tres y nos están mirando.


Esta noche se convierte en la noche más mágica del año, la noche en la que esperamos que los Tres Reyes Magos entren por las ventanas repartiendo regalos, para los adultos, no es otra cosa que la ilusión, la esperanza, perder la esperanza es el último signo de estar vivo. ¿Qué hay de malo en tener ilusión y esperanza por la vida?. Esa ilusión de pensar que un regalo está ahí, para nosotros, un regalo que no es ni material, sino simbólico. No hace falta ponerles vasos de leche con galletas y esperar a que entren por las ventanas, basta con salir mirando al Este del hemisferio norte en nuestro invierno boreal, y observarlos, pues ahí están y ya llegan. A Melchor, Gaspar y Baltasar se les puede encontrar en el cinturón de Orión, esos Tres Reyes, que en los alrededores del solsticio de invierno ven al rey-sol "nacer" de nuevo bajo un tiempo de oscuridad. El rey-sol naciendo delante de los tres reyes, está reflejado hasta en el cielo, el simbolismo guarda una magia maravillosa.


A Melchor, Gaspar y Baltasar, nuestros Reyes Magos, que están arriba siempre, se les puede ver todo el año con el cielo despejado, observando cómo nos portamos los humanos, vigilantes en todo momento. Y aunque la oportunidad de verlos puede ser cualquier noche estrellada, en la noche de hoy, la Noche de Reyes, la magia es diferente. Mirad al cielo, y soñad. Ahí les tenéis.


Puede que suene ingenua, pero sinceramente, en una noche como la de hoy, a las estrellas yo no puedo dejar de mirar.






Felices Reyes.




Nos vemos en las Estrellas.










Lectio Stellae







No hay comentarios :

Publicar un comentario